Lo Dicho I



Mientras caminaba hacia su oficina pensó que nunca había tenido un gran amor, y pensó también en los sentimientos miserables que era capaz de sentir al cabo de un lapso demasiado corto. Sobre su escritorio tenía una lista de pendientes: almorzar, terminar con la base de datos, mantener una larga y muy seria charla con Inés respecto de su actitud de la semana pasada, cenar y dormir. Miró las tareas a realizar y sonrió, lamentablemente cada vez tenía que ser más específica porque su dispersión era patológica y las pastillas ya no eran suficientes. Pensó también en la posibilidad de tener un súper-poder, en dos en realidad: tener el poder de saber cómo va a reaccionar una persona ante cualquier estímulo externo, y poder ver (literalmente) a través de sus ojos. Reflexionó un segundo y cayó en la cuenta de que un súper-poder se solapaba con el otro, pero de haber tenido al menos alguno de ellos posiblemente no hubiese jugado con algunos límites, y probablemente ya hubiera tenido también un gran amor.     
      

0 comentarios:

Publicar un comentario