Anti en 20:16

No puedo dejar pasar este momento de patriótico fervor sin derramar una breve, pero conciente opinión. Comenzamos hace unos meses con el bicentenario, no soy oficialista ni mucho menos (léase Peronista), no comulgo con la mayoría de las políticas implementadas por este gobierno, reconozco que algunas me dejan pensando y hasta me hacen dudar, pero los festejos de los doscientos años de los primeros pasos hacia la "independencia" de nuestra descocada República eran simplemente inevitables, el despliegue, los papelitos y la mar en coche, valga la redundancia (aunque la mar y los coches no sean los complementos perfectos). En fin, con la razón de un lado martillando la sien y frunciendo el entrecejo con la sospecha de que algo no anda bien, pero con los labios arqueados hacia abajo como representación del gesto de la aceptación de lo que es a pesar de... me apersoné en el obelisco el mismísimo 25 luego de ser prácticamente abusada en el subte de carteles rojos. Para que decir que terminé comiendo unas empanadas y tomando unas cervezas muy cerca de una de las esquinas más lindas de la Ciudad de Buenos Aires, evidentemente las representaciones extremas de ciertos sustantivos abstractos me ponen nerviosa, me golpeo el pecho y me reservo ciertas frases en los bolsillos. Pero señoras y señores, pegadito a los rimbombantes festejos de nuestra patria triangular no va que empieza el mundial? No lo puedo creer, mis neuronas se autoflagelan en pantalones cortos, mis pulgares tiemblan al son de los nombres de Messi y Maradona, mis pies se hinchan de cánticos que arrastran la última sílaba de las palabras y mis oídos se enferman de discusiones que no sirven para nada, horas y saliva desperdiciadas hablando de cosas que no me importan. Respeto a aquellas personas que disfrutan del deporte de pelota y once jugadores, pero por favor pídoles que liberen a los inocentes de los paroxismos chauvinistas que inundan las calles, el noticiero, los transportes públicos y los poros capilares... Es mucho pedir?????