Tiempo de volver al redil del buen pastor. De vez en cuando puede pasar que uno se va de paseo hacia uno mismo y cuando regresa se da cuenta que el tiempo es eso, tiempo: horas, minutos, segundos o días y meses. Tiempo de mañanas de invierno, como me gusta ese tiempo de respirar brisas que parecen de otro tiempo y también de otro lugar. Y lugares, aquellos en los que alguna vez estuvimos y ya no estamos, o estamos y nos olvidamos de cuanto disfrutábamos estando, simplemente transcurriendo, sus aromas y sus sensaciones. Nosotros y aquellos, la luz en retirada... Ir y venir, supongo que es la condena por ser, pues no-ser significaría estar quieto y morir estancado en un instante, en el no-tiempo y en el no-lugar. De regreso, pero a punto de irme para poder disfrutar de aquel tiempo, y aquél lugar, que es éste, que es mío y que es tuyo.
29 de noviembre de 2016
Hace 5 años

0 comentarios:
Publicar un comentario