Sistemas. en 15:51

Las noches afuera pueden traer en su interior un mar de atropellos difíciles de creer. Es como el síndrome de colon irritable. Alguien me puede explicar cuáles son los motivos que enojan a un pobre y solitario colon, porque si fuese Colón, yo entiendo que puede no gustarle que la Santa María este sucia, o que en la Pinta estén todos enfiestados. Pero qué provoca la ira incontrolable del colon, o la pereza de la vesícula?. La vesícula debe estar estresada por el aumento del desempleo, mirá si un día de estos lo ponen al intestino a realizar dos trabajos al mismo precio y la echan a la pobre vesícula. Que terrible dilema que deben sufrir. Voy a sacar un proyecto pidiendo un grupo de contención para “órganos personalizados y en situación de riesgo”. Por un colon y una vesícula felices, que no se preocupen si están por debajo de la línea de pobreza, que sean libres para elegir de que lado estar, que puedan dormir ocho horas y sobre todo que puedan ir de shopping sin restricciones. Que sería de nosotros si el colon un día se irrita tanto que pega un portazo y se va?, o si la vesícula nunca se levanta de la cama por profunda depresión?. No debemos permitir que nuestro cuerpo nos haga la revolución lentamente, empiezan con un reproche inocente, y después van a querer destituir al cerebro y reemplazarlo por el hígado. Estoy realmente preocupada por quedarme acéfala, pues mis circunvalaciones enloquecidas están tratando de conseguir más espacio, reclaman libertad, es increíble. Las orejas quieren irse para adelante, porque dicen que nadie las ve ahí atrás, que el pelo las tapa y no se cuantas cosas más. Y los pies ni les cuento, me acusan de que como mucho y que es insoportable el peso que tienen que cargar. Bien, yo voy a conformar a mis partes constituyentes (no tengo más opción), pero cuando camine por ahí con las orejas en la nariz, con el cerebro colgando por los ojos, acunando a la vesícula y tranquilizando al colon, tengan en cuenta que no es culpa de la deshumanización del mundo, del salvaje capitalismo o de los fundamentalistas religiosos, es tan sólo la consecuencia inevitable de una gripe mal curada por salir de noche con poco abrigo.