Y si bien siempre había coqueteado con la posibilidad, nunca me había atrevido a enjuiciarme de esta manera. Ese organismo está ahí hace mucho tiempo, en mi cama, en mi ropa, en mis cabellos y en mis ojos. A veces despide un olor nauseabundo, pero, con mis habituales artilugios, justifico su desapego por agradar enumerando una lista de justificaciones tan complejas como vacías. A veces nos separamos y pasamos largas horas mirándonos detenidamente, pero la mayoría del tiempo nos negamos mutuamente. Yo no puedo aceptar su existencia si quiero sobrevivirlo y él no debe entender que yo soy su contenido. Irremediablemente unidos y orgullosamente separados, habitando dos planos de una realidad de múltiples dimensiones. A mis intenciones de avanzar él antepone una causa para paralizarme, y a mis ganas de desaparecer él ofrece un motivo para engrosar el trazo que nos hace visibles en las hojas. Yo siempre lo provoco para que me abandone, y él siempre se queda para recordarme que eso es imposible. Si por algún motivo, que todavía desconozco, osáramos encarar la irreducible verdad de la vida de manera separada, supongo que, no podría disimular mi tremenda condición, ya que un cuerpo sin cabeza caminando por la calle no se ve todos los días.
29 de noviembre de 2016
Hace 5 años

6 comentarios:
Un micro relato exacto.
Excelente...
La Maga, más bien diría una sensación plasmada de manera imperfecta en palabras sumamente limitadas.
Muchas Gracias.
Un Saludo.
muy bueno Pili.. muy bueno...
a mí me gustaría leer, con su creatividad mediante, un post donde la voz cantante la tenga él... o ella... porque al final hay algo que no me queda claro...jaja
beso
Neptuno, yo hago hablar a quien usted quiera. Ahora bien, debo pedir disculpas por el uso en extremo desprolijo de los tiempos verbales.
Para la próxima le prometo que quien quiera que sea va a decir todo lo que sabe al respecto.
Un beso.
Muy bien el suspenso, muy bien. Happy gore!
LaNaïfa, que sería de nos sin el suspenso...
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