Inspiración. en 18:53

Se me ocurren muchas cosas para escribir. En realidad, no se me ocurre nada para escribir. Suele ser un recurso el hecho de escribir sobre que no se te ocurre que escribir. Escribís describiendo el tortuoso hecho de no estar inspirado, y, en general, terminás escribiendo algo simpático sobre el antipático hecho de no saber que escribir. Podría no-escribir sobre el amor, o podría hacerlo sobre la triste realidad, o también podría relatar alguna experiencia tortuosa de mi vida cotidiana (que no son pocas, aclaro), podría no-escribir sobre la existencia, sobre filosofía, sobre el muy lindo libro que no estoy leyendo, sobre mi abuela, sobre mis pretensiones de ser pastora, sobre que una vez me pagaron por hacer un experimento de neurociencia, podría no-escribir, sin embargo, me empecino en hacerlo, me castigo por el hecho de no saber que escribir y me pongo a escribir sobre que no se que escribir. Así es la cosa, podría liberar al mundo del yugo de mis palabras, pero disfruto obsesivamente de generar información, palabras, hojas, cuadernos y carpetas en la computadora que enarbolan nombres que ni recuerdo. Un volante que en la parte de atrás reza “Hipo Hipo Hipoglucemia, tomando Coca Cola para reaccionar”, mi versión personal de la letra de una canción Punk de una banda que se iba a llamar Helado Siniestro, nadie me hizo caso (por suerte). En fin, escribo sobre que no se que escribir, y con una sonrisa de costado me digo a mi misma, viste tonta que te quedó simpático escribir sobre el antipático hecho de no saber que escribir.