Imaginada.

Nada es lo que puedo decirle esta noche, sus palabras fueron más que suficientes para confirmar mis sospechas. Y aunque agradezco el nivel de detalle con el que supo describir mis propios sentimientos no puedo evitar reprocharle que haya entrado tan profundo dentro de mí y me haya robado lo poco que me queda. Cómo logra desarmarme con sus palabras, esas palabras que ni siquiera escucho, pero que imagino el sonido que tendrían en su boca.
Se supone que debo ser yo quien cuente la historia inverosímil de una vida cualquiera, y sin embargo usted, usted se toma el atrevimiento de dibujarme, de imaginarme, de recordarme. No crea que no escuché por las noches sus balbuceos inconclusos. ¿Qué esperaba?, que yo dejara de hacer esto, que terminara con todo porque usted no puede continuar actuando. No. Me niego a que sus ojos, que no veo pero siento, me obliguen a callarme. Su deseo me duele, y esas palabras tan hermosas pero terribles empujan mi cuerpo hacia delante y mi cabeza hacia atrás.
Si tan sólo sus palabras no hablaran de aquel sentimiento que me atormenta, si tan sólo no fuera usted quien las dijera. ¿Por qué se atrevió a desafiarme?.¿Por qué no guardó sus intenciones donde yo no pudiera verlas?. Por qué esta noche. Por qué en silencio.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay personas que nos desarman vio?? Impunemente entran en nuestras vidas un día cualquiera, y se van adueñando poco a poco del corazoncito castigado que aún nos late jaja... Y como digo yo, tratamos de volar con las alas rotas... Porque todos queremos amar y que nos amen...
Lindos pensamientos, lindo blog...
besos
Ana.

Publicar un comentario